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Que faire de mes émotions Bee leadership

¿Qué hacer con mis emociones?

¿Y si el desarrollo de mi consciencia emocional me permitiera ser plenamente yo?

 

“La agilidad emocional no consiste en convertirse en alguien diferente. Se trata de honrar a la persona que ya eres. No se trata de camuflar, se trata de desvelar.” – Susan David

 

¿Seré el/la único/a que a veces quisiera hacer desaparecer mis emociones?

Algunas personas acuden a nosotros debido a situaciones vitales o momentos donde se sienten ahogados/as por sus emociones. Emociones demasiado intensas las cuales les hacen sentir en dificultad y desearían con el coaching eliminar esas emociones y hacerlas desaparecer. Pero solo los muertos no sienten nada, el hecho de que nuestras emociones salgan demuestra que somos humanos y estamos vivos.

A veces managers comparten con nosotros su tendencia a bloquear e incluso ignorar o controlar sus emociones para dar la apariencia de una especie de proyección profesional en la imagen de un líder imponente y seguro de sí mismo. A menudo están convencidos de las virtudes de un liderazgo más humilde, cercano y auténtico, tan necesario hoy. Sin embargo, estos líderes a menudo se encuentran atrapados por temor a parecer demasiado sensibles, porque en realidad no saben cómo encontrar el equilibrio adecuado y expresar un liderazgo empático y centrado.

En primer lugar, debemos saber que no podemos «controlar» ni «ocultar» nuestras emociones. Si no las expresamos, no desaparecen, al contrario, están «escondidas» y almacenadas en nuestro cuerpo y pueden causar el efecto contrario, a veces surgen con más fuerza de manera inconsciente, sin que podamos gestionar de que manera.
Además, nuestras emociones son contagiosas: aunque intentemos ponernos una máscara, nuestras neuronas espejo transmiten nuestras emociones y nuestro interlocutor siente así parte de nuestras emociones sin saber de dónde vienen, lo que es aún más desestabilizador. Y por supuesto eso no crea condiciones para que mis familiares, colegas o equipos a mi alrededor se sientan bien y sean felices, eficientes y creativos.

 

¿Por qué estoy abrumado por mis emociones?

 

Después de un tiempo intentando controlar nuestras emociones y encerrarlas, cuando tratamos de expresarlas, ya no sabemos cómo actuar. Nuestra tendencia a retener estas emociones muy dentro de nosotros en realidad forja que estas emociones se desarrollen poco a poco haciéndose más y más imponentes, hasta que nos desbordamos, nuestro cuerpo ya no puede retener este sufrimiento. De ahí el principio del iceberg, al poner estas emociones debajo de la alfombra se van acumulando poco a poco y a medida que avanzan, salen inesperadamente y sin control, emergiendo por “la gota de agua que desborda el vaso”.

 

A veces, incluso nuestros pensamientos son nuestro peor enemigo. Cuanta más vuelta le damos a los pensamientos negativos, más podemos sentirnos abrumados por nuestras emociones, lo que dificulta la regulación emocional. Estas historias más o menos verdaderas, más o menos útiles que nos contamos a nosotros mismos, actúan como amplificadores de las emociones y pueden dar lugar a un reflejo de evitación.

 

¿Cómo puedo manejar mejor mis emociones?

Efectivamente no puedo “controlar” mis emociones, pero puedo aprender a manejarlas de manera más efectiva. Algunos consejos para ayudarte a desarrollar tu agilidad emocional.

 

  • Entiende su utilidad:

Todas las emociones son señales útiles que pasan por el cuerpo, se envían al cerebro para evaluarlas y desencadenar una respuesta fisiológica que nos permita responder adecuadamente. Estas reacciones fisiológicas pueden ser diversas, en términos de frecuencia cardíaca, flujo sanguíneo, frecuencia respiratoria, tensión muscular, digestión, nivel de adrenalina o incluso temperatura corporal. Lauri Nummenmaa, psicóloga de la Universidad Aalto de Helsinki y autora de un estudio publicado en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences, explica que estas reacciones son como reflejos automáticos: «Cuando vemos una serpiente y sentimos miedo, nuestro sistema nervioso aumenta el oxígeno en nuestros músculos y nuestro ritmo cardíaco sube para que podamos lidiar con la amenaza. Es un sistema automatizado. No pensamos en ello».
Aquí están por ejemplo las 4 emociones principales según el especialista Paul Ekman y para qué sirven.

El miedo nos permite ser advertidos de un peligro. Nos permite así poder huir o refugiarnos y cobijarnos, en cierto modo para protegernos y advertirnos de posibles desamparos.
La tristeza nos alerta de una pérdida, un vacío o un dolor que requiere consuelo, externo o interno. Detrás de esto hay una necesidad de tomarse un tiempo para reflexionar, recomponerse para sanar las heridas, llorar y poder tomar decisiones y planificar el futuro.
La ira aparece cuando sentimos una injusticia, una afrenta a nuestros valores. Así podemos defendernos, buscar reparación o redefinir nuestros límites.
La alegría nos invita a abrirnos a los demás, a conectarnos, a compartir.

 

  • No evites tus emociones, acéptalas:

El primer instinto, especialmente cuando se trata de una emoción desagradable, puede ser reprimirla, buscar distracciones para hacerla desaparecer. La idea no es intentar hacerla desaparecer, porque cuanto más tratamos de hacer desaparecer una emoción, más tiende a volver. Cuanto antes aceptes escuchar su mensaje y considerarla, antes podrás dar paso a otras experiencias.

 

“Todo lo que no se exprime se imprime.” Jacques Salomé

 

  • Deténgase un momento para observarlas con curiosidad.

El mindfulness es muy útil para tomarse el tiempo de parar y observar cómo te sientes en el momento presente y así acoger esa emoción. La respiración te permite ralentizar el ritmo, estabilizar la atención y conectarte con la emoción en lugar de actuar impulsivamente. ¿Está ubicada en un lugar específico de tu cuerpo? ¿Es este un sentimiento que experimentas regularmente? ¿Qué desencadenó esta emoción? ¿Qué te comunica esta emoción? ¿Qué valores están en juego? Comienza a practicar la observación con emociones de intensidad baja/media.

 

  • Pon palabras a tus emociones:

Cuanto más precisamente podamos nombrarlas, más fácil será elegir cómo reaccionar a estas señales de manera adecuada. La rueda de las emociones es una herramienta que retoma las llamadas emociones primarias, más instintivas y sus derivadas que pueden corresponder a diferentes combinaciones y puede ser especialmente útil para afinar nuestro lenguaje de las emociones y el conocimiento de nuestro funcionamiento emocional. Puedes usarla para ayudar a identificar en la rueda, la emoción que más se acerque a tu estado.

  • Escribir sus observaciones

También puede ayudar a identificar mejor sus sentimientos, reacciones habituales, las necesidades detrás de sus emociones y tomar cierta distancia. También darse cuenta de lo que uno siente sin comunicarse directamente con otras personas, primero comunicándose con uno mismo.

 

Y ahora, gracias a este autoconocimiento y este espacio, quizás pueda dar una respuesta más relevante a esta señal emocional. ¡Y honrar mis necesidades y mis valores!

 

«Entre el estímulo y la respuesta hay un espacio… En este espacio está nuestro poder de elegir nuestra respuesta. En nuestra respuesta está nuestro crecimiento y nuestra libertad.» Viktor Frankl

Conocer mejor y regular mis emociones con el MBSR

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